Enredada en el alma llevo la estela de una canción.
Lleva en las notas la pena y la esperanza en el corazón.
En la palabra la distancia y el amor.
Y el poso pesado del tiempo que pasó, en la
música que no sonó.
Con el viento de la muerte se apagó tu voz.
En los labios el beso que no existió.
La esperanza que jamás murió, habita en mi corazón.
Con las hojas amarillas otra vez emprende el vuelo mi imaginación.
A los
campos pardos me lleva, al silencio, al
rincón.
A la inmensidad del llano,
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