Y yo, qué recuerdos, aún conservo los sueños maravillosos de entonces, el interés de mis
amigas por recuperar restos arqueológicos, el verde del
campo, los pocos
árboles, el
río, mis carreras matinales para no llegar tarde al Instituto, mis largos
paseos con mi hermana, pese a todo, qué
felices tiempos. Aunque no voy hace muchos años, sigo recordando a la gente, mis amigas y
amigos, las
calles. Evidentemente una pertenecerá siempre a su lugar de origen.