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Me llamo cristina y quiero conocer la virgen. gracias
En el día de la patrona, para las Cristinas, allá donde estén.

En los labios tenía un pensamiento,
pero un día se fundió con un beso
y ahora van unidos, cabalgando en el viento.
Espero te encuentren pronto
pues era para ti mi pensamiento.

Felicidades.
Sobre la lona de la carpa, resuenan las gotas de lluvia mansa.
Por el horizonte oscuro relampaguea.
La noche se presenta de fiesta.
Solo, callado, quieto; pienso, disfruto, tecleo.
Esta noche se presta al sueño y al beso.
Soñar, puedo, de lo otro… solo espero.
La luna creciente (que grande está ya la jodida) escondida sobre el alero del tejado me envía de soslayo unos rayos de luz plateada que alumbran los bordes de mi escondrijo, allí donde pierdo el tiempo, y a veces, pienso. Allí, creo, he conseguido entender algo de las cosas de la vida.
A veces, en noches con la de hoy, tranquilas, otra luna un poco más grande, me contó cosas que otros, también viejos, e idos ya casi todos, pusieron en letras escritas sobre papeles amarillentos.
Me contó una noche ... (ver texto completo)
A mis nietos, que algún día serán hombres, y para vivir, habrán de recordar.

Y en aquellos días en que no abundaban los hombres de bien, o al menos
yo no veía muchos a mí alrededor, sabed queridos niños, que hubo uno que me sorprendió, e incluso me alarmó un tanto, sospechando de su salud, no se hubiera vuelto loco, pues siendo él, el alcalde del pueblo, y en vísperas casi de unas elecciones municipales, nos anuncia que desde su Ayuntamiento han preparado un homenaje a los hombres y mujeres ... (ver texto completo)
Y el colmo total, ya para concluir una mañana exitosa, era que algún abuelo, vecino de era,— que solían ser los encargados de ir a la bodega a por el vino para la comida,— hacia las doce y media —por entonces la una de medio día era la hora de la comida—te preguntara si querías acompañarle a la bodega. Carrera a preguntar a los padres si te dejaban hacerlo, y si decían sí, que era lo habitual, carrera para coger la mano del agüelo y mirar que no se te escapara. Aún creo recordar el tacto áspero, ... (ver texto completo)
Llueve. Sale el sol. El viento sopla airado.
Los días se alargan. De golpe una hora más.
La primavera no llega…
El campo no despierta…
Quietos o aborrascados, los días pasan.
Y ayer, desde la ventana, vi los campos sembrados, vestidos de verde intenso.
Por la orilla de los caminos brilla el amarillo.
Se pelean los pardales en alocados vuelos.
Al atardecer, se escuchan cantar los mirlos.
Florido el campo, la montaña blanca. ... (ver texto completo)
Solo me queda el tiempo, y no sé cuánto.
Sombras llegan de lejos, susurrando.
¡Qué es hoy, y qué es mañana?
¡Qué es esa sensación extraña?
Esa figura querida, se hace tan cercana…
A veces me sonríe, me tiende su mano.
Como un pájaro azul, se me acerca volando.
O quizá, se parece más a un suspiro flotando.
Se me acerca, me hace ofertas y tratos.
Por qué dimensiones, por qué sustratos, a mi mente te acercas flotando? ... (ver texto completo)
Las hojas verdes del olivo se van lavando poco a poco.
En la calle brilla el asfalto.
Está mojado.
La baqueta del tiempo golpea en las hojas secas.
Un viento dócil las mece.
La lluvia canta con voz suave en la noche hueca.
La vieja canción que entonan la lluvia y el viento, ya la conozco.
¡Llego hace tanto a mi alma!
A través del vidrio de la ventana, en un escalofrío, miro la calle iluminada.
Se ve algún copo de nieve, despistado entre la lluvia, caer lento. ... (ver texto completo)
Me cuentan que el otro día, hubo recuento en el cielo, y Dios le comentó a San Pedro que entre los justos que ya en el cielo estaban, echaba en falta a uno al que había mandado llamar varias veces, pero que en el último momento, siempre había cambiado de opinión, y le había dejado un tiempo más en la tierra por ver si con otra dura prueba más,—fueron muchas las que le mandó— le cambiaba un poco el carácter, y dejaba de nombrarle tanto, pues sepáis que nadie en la tierra, tuvo tan frecuentemente el ... (ver texto completo)
Desde la última hoja del calendario, el año se escurre entre nuestros deseos.
Mañana, tras la última campanada, alzaremos la copa para brindar con nada.
Que tu copa, al brindar, se llene de buenos momentos; de amistad, de amor y de paz tu corazón.
Y que no quede vacía la de Rogelio.
Ya los robles van cambiando en sus hojas el dorado alegre del otoño por el pardo riguroso y las van abandonando.
Desnudas ramas al débil sol del invierno apuntan al cielo. Desde la más alta vigila el paisaje un ágila.
Y hemos visto los campos blancos, y los días cortos, muy cortos.
Y nos juntamos a la luz incierta de las llamas para pasar la noche al calor de la lumbre.
Y llega Navidad…y unos vienen y otros van.
Y tú que estás fuera, ¿regresarás?
Y tú que estás solo, ¿con quién las pasarás?
Si ... (ver texto completo)
¡Cuánto frío!
El campo está blanco y no ha nevado.
Se fueron los pájaros.
Ni ruiseñores ni pardales piando.
Solo a veces rompe el silencio el graznido de los grajos.
De la cama a la solana, pasa la mañana.
¡El día tan corto y la noche larga larga!
Por el “cotilla” veré a mis amigos, que no por la ventana y, masticando mentiras me iré a la cama.
7/12/17
HOY.
Hoy, 11/11/17 o casi, una lluvia torrencial de recuerdos va golpeando mi memoria. Estamos en un día gris que amenaza lluvia, aunque a menudo luce un momento el sol, pálido y débil, pero suficiente para romper la monotonía de una luz triste, y dar una esperanza de calor a un día frío, otoñal, que anuncia ya los largos días de invierno.
Mansilla.
Feria de san Martino.
Las calles llenas de gente y de vida.
En la plaza del Grano, a medio camino entre los soportales, el turronero, micrófono ... (ver texto completo)
Aquella tarde, el sol brillaba pero no calentaba.
Al final cuatro gotas escasas hicieron aparecer el arco iris.
La plaza, llena.
La gente formaba corrillos, charlaba, reía.
Gente joven, gente reencontrada.
Caras alegres, con una inmensa sonrisa.
También vi gente colgada del vacío, absorta en su mundo.
¿Y, tú, memoria, dónde estás?
Los que vinieron de tan lejos, entre absortos y aburridos, miran el aire. Arropados de sus sueños, deseos y realidades, se guardan en lo más hondo de su ser, lo ... (ver texto completo)