Como la ilusión es lo último que se pierde, vamos a continuar soñando, y a imaginar, que estamos sentados en uno de los bancos al lado de la barrera redonda, cuando volvemos con nuestros botijos llenos de
agua fresca de la
fuente, a la
sombra de un arbolito y una farola, y con la
musica de fondo del cua, cua de los patos.soñar no cuesta nada...y limpiar la barrera muy poco...