Hace algunos años y ahora tambien, en las largas noches de invierno, nuestras madres sentadas a vuelta del brasero, despues de duras jornadas de trabajo, todavia sacaban tiempo para devanar madejas de lana y hacernos aquellos jerseys tan calentitos, y los calcetines...hoy, continuan haciendo casi lo mismo, siempre pensando en nosotros e intentando hacer aquellas cosas manuales que saben que nos agradan. Benditas sean las manos de todas las madres de nuestro pueblo, que lo mismo servian para trabajar el campo o hacernos las cosas mas bonitas que siempre recordaremos.
Consuelo M.
Consuelo M.