Bueno yo diría mucho mas: ¡Que levante la mano el que no las tenga llenas de ciruelas, manzanas, peras,...! Me acuerdo sobre todo de aquel ciruelo de allí, justico allí, al otro lado de la tapia, al ladico de la
fuente: ¡qué sabor tenían las tan codiciadas!; además me acuerdo que nos encantaban por tres motivos: el primero porque las "azañas" (yo era chico de capi y no estaba acostumbrado a correr estos "grandes riesgos") en camadería se sienten mas grandes; el segundo porque no habrá tales sabrosos
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