Bonita historia Carlos, he ahí las huellas de los forcaos, el desgaste de la piedra caliza en los caminos sobre todo hacia Villarín es patente, ¿cuántos pasarían por ahí?
Recuerdo cuando se segaba y se recogía la hierba ya seca y ayudábamos a pisar la paja en los pajares, lo bien que nos lo pasábamos.
Recuerdo cuando se segaba y se recogía la hierba ya seca y ayudábamos a pisar la paja en los pajares, lo bien que nos lo pasábamos.