Está más cuidada que antes, por lo menos está cementada, recuerdo sobre todo cuando nos tocaba el vale de carbón, el camión lo descargaba en la carretera y había que subirlo en cestos hasta la carbonera que estaba en el piso bajo de la casa.
En invierno... ¡cuidado con los churumbeles de hielo!, un ojo mirando a los tejados y otro al hielo del suelo.
En invierno... ¡cuidado con los churumbeles de hielo!, un ojo mirando a los tejados y otro al hielo del suelo.