Muy buena esa anécdota Carlos.
Muy cerquita de donde dices te ocurrió esa aventura y unos años antes yo ya me las veía con la Mora de Emérita. Cuando me era obligado pasar por enfrente de su casa, siempre miraba por si había "moros" en la costa (en éste caso ¡MORA!).
Daba igual estuviese a la vista o no, siempre me salía como una centella tras de mí. ¡Qué alivio cuando por fin desapareció para siempre! Jamás se celebró un funeral perruno con tanta alegría como yo lo celebré.
Muy cerquita de donde dices te ocurrió esa aventura y unos años antes yo ya me las veía con la Mora de Emérita. Cuando me era obligado pasar por enfrente de su casa, siempre miraba por si había "moros" en la costa (en éste caso ¡MORA!).
Daba igual estuviese a la vista o no, siempre me salía como una centella tras de mí. ¡Qué alivio cuando por fin desapareció para siempre! Jamás se celebró un funeral perruno con tanta alegría como yo lo celebré.