El pulpo Paul no tiene dudas.
España va a ser campeona del mundo. Faltaban pocos minutos para las doce del mediodía cuando los responsables del acuario de Oberhausen le han hecho llegar a Paul dos urnas –con sus respectivas almejas y
banderas de España y Holanda- para que eligiera cual de ellas quería y, de paso, diese su pronóstico de cara a la final del domingo.
En cuanto ha visto las urnas, Paul se ha abalanzado sobre la que porta la
bandera española. La ha abierto, ha tomado posesión de la
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