El concejo de Cervera
Vega proviene del prerromano baika, significando terreno regable, que unido al otro significado de ciervos nos ilustra como nominación que quiere expresar vega de ciervos o corzos.
Su
iglesia de Nuestra Señora de las Nieves era aneja de la de
Coladilla,
Santa Engracia, que era la matriz y como ella, el párroco era de presentación del marqués de Lorenzana.
Cae
Vegacervera en
camino de peregrinaje dentro de la conocida como Ruta de S. Atilano dentro del Viejo Camino de Santiago o Camino de la
Montaña: por Coladilla,
Villar del Puerto, La Vid, Buiza (aquí conecta con el camino real del Salvador ovetense) y tras pasar Pola de Gordón continúa con itinerario propio por Los
Barrios y Viñayo para conectar en Otero de Dueñas con el trazado que viene de La Robla.
El concejo de Cervera integraba en 1847 los
pueblos de Cervera, Coladilla, Matallana,
Orzonaga, Palazuelo de
La Valcueva, Valporquero, Pardavé, Robles,
Serrilla, La Valcueva,
Valle,
Villalfeide, Villar. En tales fechas ya había perdido en favor de Gordón los pueblos de La Vid, Ciñera y Villasimpliz, en favor de Cármenes
Felmín y desaparecieron ya como despoblados Prabado, Valdesandinas y Llarices; todo por Cédula Real de Carlos IV de 1805.
En 1865 se formó el actual
ayuntamiento de Vegacervera con los pueblos de Vegacervera, Coladilla, Valle, Villar del Puerto y Valporquero.
Los jueces del concejo y el fuero
El señorío isidoriano sobre Vegacervera aparece mencionado por primera vez en documento de 6 de mayo de 1103, por el que el rey Don Alfonso VI y la reina Isabel, la moza Zaida, hicieron donación a favor de los
monasterios de
San Pelayo y San Isidoro.
Don Fernando II confirmó esta donación a favor del
monasterio isidoriano el 21 de junio de 1181.
El 25 de mayo de 1258 el monarca don Alfonso X el Sabio desde Medina del
Campo, «por fazer bien e mercet a todos los moradores de tierra de Cervera», promete que no les meterá merino real, «nunqua lo y metamos, e daquí adelante nos ni ellos nunqua les demandemos servicio ninguno por esta razón».
En 1313-1324 el abad de San Isidoro otorga Fueros a Vegacervera, cuyo memorial recoge los pechos, fonsadera, cellero, merino abacial, sueldos, viudas con pago al casar, las meretrices perseguidas, los hidalgos, las barraganas, censos y términos territoriales del señorío.
El abad nombraba dos jueces el día de Santa Marina, 18 de julio cada año, en el lugar del Escobio o Canto de la Forca, entregándoles el abad un ramo de acebo en serial de vara de justicia, y se llamaban jueces del rey y del abad, conociendo todas las causas civiles y criminales del concejo.
En el año 1509 aún existía esta jurisdicción abacial, porque en tal fecha ocurrió el enfado del conde don Ramiro Núñez de Guzmán, de Aviados, porque no estaba de acuerdo ni reconocía ese nombramiento de jueces del rey y del abad.
El conde tomó con sus mesnadas Valdesalinas, Santa Eugenia y San Pedro de Cavatuerta. En Cavatuerta había un monasterio de Templarios y el abad tenía el privilegio de proponer párroco para Carmenes; se hallaba próximo a la Collada entre La Valcueva y Aviados. Valdesalinas es un valle entre Robles y Matallana; tenía
ermita y la imagen mariana se halla hoy en la iglesia de Matallana; es de
nogal negro, policromada,
gótica, artesana, pero muy bella en su expresión. Se denominaba su advocación Santa Maria de Orugo, que significa berros silvestres. El conde se presentó con sus tropas en Vegacervera, hubo una escaramuza con las gentes del abad, traían hasta saetas con hierba envenenada.
El alcalde de
León, señor Herrera, convenció al Guzmán de que se retirara y tomó preso al abad por unos días en la primera
casa de Vegacervera. El abad acudió a la Chancillería de
Valladolid el 28 de julio de 1509, pero perdió el pleito.
El
castillo de Vegacervera
Los textos hablan del castillo de Zerbera, pero quizá no fuere más que una
torre defensiva sobre las sendas de las Hoces y de Valporquero.
La gente de la villa comenta sobre el castillo de tiempo de los moros, pero es que en la conciencia colectiva de la gente siempre queda el recuerdo, a veces anacrónico, de referir todo a los moros y a Almanzor. Los moros ni entraron aquí ni hubo razzia alguna de Almanzor, sólo la repoblación de mozárabes de los siglos IX y X, que trajeron expresiones y
costumbres mozárabes. Se comenzó a llamar con nombres de
música y hermosura a los
aperos de
labranza y el pote de fierro de tres patas empezó a despedir olores de albahaca y alajú. Las mozas se llamaban zarcas, ojos azules y los mozos zagales, que quería decir apuestos y galanes y más tarde ayudantes de pastor.
El
pueblo de
Getino, que aparece en la Alta Edad Media con el nombre de Echino pasa a Ilamarse en expresión mozárabe Getino, que quiere decir ribera u orilla, así como
Gete; Almuzara es otro nombre mozárabe que significa criadero de
caballos.
El castillo existió, asentado en los Sierros Negros, de allí se bajaron sillares empleados en edificaciones. Los indicios son muy precarios. Los lugareños denominan La Peñica y las
cuevas de las Barreras, el Tesugo y la del Burro las situadas muy próximas al sitio del castillo. Muchas de sus
piedras se emplearon en los parapetos
militares que allí se establecieron en la contienda bélica del 36.
Hasta la cima de los Sierros Negros hay senda, hubo hasta explotación de baritina. Hoy ya no subo hasta la Peñica porque me supone mucho esfuerzo para mi roto corazón, que se me resquebrajó de tanto caminar por las sierras; con la orientación que me facilita mi
amigo don Jaime Federico Rollán Ortiz, con pluma mejor cortada que la mía, ya tenemos suficiente materia de localización y detalles.
Don Justiniano Rodríguez, profundo medievalista, en sus volúmenes sobre «Los Fueros del Reino de León», de Ediciones Leonesas, 1981, tiene detalles históricos sobre el castillo de Vegacervera.
Alfonso VI en 1103 hace donación de este castillo al monasterio de San Isidoro:
«In territorio Legionensi Castellum de Cervera ab integro cum toto suo mandamento sic quomodo est conclusum per suos términos antiquos».
El Fuero de Vegacervera
El señorío abacial de San Isidoro menciona el 6 de mayo de 1103 en que Alfonso e Isabel hacen donación del territorio al monasterio de San Pelayo y San Isidoro. Fernando II confirma la cesión y determina geográficamente el territorio el 21 de junio de 1181.
Alfonso X reitero la donación desde Medina del Campo, el 25 de mayo de 1258. Toda la reseña foral se contiene en el Becerro de la
catedral con normas sobre:
Castillo, exenciones, meretrices, hidalgos, y se incluyen los terrenos de San Julián de Follosa, San Pedro de Cobillas, San
Feliz y Valdesalinas.
información extraída del libro
castillos de leon