ORACIÓN
Y me sumerjo en éxtasis profundo, - y oro por él... por ella... y los que dieron - cuenta de su alma a Dios, y recibieron - su santa bendición en este mundo.
¡Cierzo invernal, indómito y rotundo, - que los fríos del norte te vistieron - con túnica de hielo, y esgrimieron, - sobre el orbe, tu látigo iracundo,
sé piadoso con esas pobres tumbas! - Tú, que chozas destruyes o derrumbas, - que antes fueron refugio de pastores,
¡que tu misericordia bondadosa, - deje crecer en todas una rosa, - o un ramillete de olorosas flores! CÁNDIDO GARCÍA