Machaca que machaca en el centeno, - siguen
las eras su normal desplante, - donde la
juventud siempre triunfante, - sabe que el trabajar es
santo y bueno.
Tendrá a su alcance
pan, aunque moreno, - pero, ¡gracias a Dios!, si hay lo bastante. - Mientras la vida avanza hacia adelante - en su barquilla de vaivén sereno.
Cada era es un continuo movimiento: - allá espera alguien el que sople el viento, - porque sin viento, cerandar no se puede. -
Aquí se maja con denuedo y brío, - y allá regresa un cántaro del
río - porque aquellos dicen que tienen "sede". CÁNDIDO GARCÍA