Las Ollas, VIADANGOS DE ARBAS

Siguiendo viceversa la corriente, - del manso río que en Gistredo nace, - llegamos a las Ollas, donde yace - salto y pozo de linfa transparente.
Y algo como un hervor allí se siente - a causa de esos remolinos que hace - en cavernoso lecho en que deshace, - tumbo tras tumbo, su caudal riente.
Se aglutina, se queja, se lamenta - de haber entrado en angostura tanta, -que de su furia a veces dióle cuenta.
Pero pasando el salto, nos encanta, - ya que la linfa serena se presenta, - ¡qué alegre corre y qué corriendo salta!