La Calleja del
Barrio, de aquí parte, - y otra bifurcación toma el Miracho, - y ésta, la de la izquierda, hacia el riacho, - que su eterno rezongo nos reparte.
Sigue al Tijedo y por la Muezca aparte - de otros
senderos mil que, de muchacho, - yo recorrí cantando con el gacho, - sombrero pastoril... punto y aparte.
Senderos todos del recuerdo hermoso, - amando a una pastora fui creciendo; - y el corazón, adolescente y mozo,
la llama del amor me fue encendiendo. - ¿Cómo no os he de ver con alborozo, -
si aún en mi corazón estáis latiendo? CÁNDIDO GARCÍA (1949)