No tiene buen aspecto la reguera del cantón. La recuerdo muy arregladita, el cauce limpio, las pasaderas para ir al “vago”a la izquierda y a la derecha un pozo para lavar. Muchas veces acompañé a mi abuela en esta labor. Lo normal era ir a la de cervaliz, pero a ella le gustaba más ir a ésa porque era más intima y se lavaba a la sombta del “sabugueiro” que había en la esquina de la corrada. Mientras lavábamos, me contaba historias que recuerdo vívidamente, pero mientras tanto yo vigilaba por en rabillo...