Quiero a laciana con todo mi alma. Aunque no puedo estar alli tanto como me gustaria. Voy de vez en cuando, pero cada vez que voy disfruto como cuando era niña y jugaba por aquellas calles repletas de gente. Por desgracia ya no hay tanta gente, pero yo deseo con toda mi alma que esa zona resurja y vuelva a ser la que era cuando vivia alli. Lacianiego hasta la muerte. Pablo.