Inebitablemente y por desgracia debo de hacer una mención a Germán Quintana, desaparecido ya hace casi 34 años y jamás se supo de su paradero.
Aún recuerdo verle pasar todos los días con su inseparable bicicleta a buscar el pan a la panadería. Hoy ese camino de Benamariel sigue huérfano por ese vacío que dejó tu ausencia. Allá donde estés sé feliz!