CUENTO DEL BURRO Y EL LOBO
Hace tiempo, cuando había vecera de burros se llevaban a pastar a las “Pinillas” y otros pagos del
pueblo, que no eran muy aptos para el
ganado vacuno.
Sucedió cierto día que, uno de los integrantes del grupo, ya viejo y que andaba un poco cojo, se quedo rezagado del resto olisqueando unos cardos muy apetitosos.
El lobo que, desde la ladera de la “Cotada” oteaba el panorama, vio la ocasión propicia y cruzando el
río de Soto, se plantó en un santiamén al lado del
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