Amigo Manuel. Cuántas veces subimos a esta
torre, para repicar sus
campanas, bien para misa, difuntos,
fiestas, fuego, etc. Recuerdo aquellos banzos desvencijados, hechos con palos, por dónde subíamos a la torre. Que ilusión nos hacía repicar, y más voltear las campanas subidos a las troneras para impulsar las con los pies. Que tiempos aquellos.