De éste y otros pequeños pueblos de León se oyen opiniones, no siempre favorables, a propósito de las cuales quieron exponer algunas reflexiones.
La evolución de estos pueblos es absolutamente previsible. No pueden, en la actualidad, ofrecer recursos a la cantidad de personas que hace 40 años vivía en ellos. Pero esto no significa que debamos pensar, como se oye hasta la saciedad, que estos lugares tienen los días contados, que se mueren, que pronto van a desaparecer. Es faltar claramente a la verdad.
No hay más que darse una vuelta por cualquiera de ellos (Villacidayo, donde nací, puede ser un ejemplo), y ver cómo se han arreglado las viviendas existentes, cómo se han construido con magnífico estilo otras nuevas, se han asfaltado las calles, etc.
Hace pocos años era impensable disponer en estos pueblos de instalaciones de agua corriente, electrificación y alumbrado actualizados y saneamiento público que ahora funcionan perfectamente.
Lo que no se puede pretender es que la población, que en verano y épocas de vacaciones es extraordinaria en términos relativos naturalmente, se mantenga durante todo el año. Esto tampoco sucede en muchos lugares y urbanizaciones de las costas que, en invierno, están prácticamente deshabitados y no por ello se dice que vayan a desaparecer.
Nuestra zona es extraordinaria en cuanto al acompañamiento que a los asentamientos urbanos hacen los montes de uno y otro lado del Esla. El entorno excepcional de este río, siempre abundante, que para sí quisieran la mayoría de las grandes ciudades españolas, se cierra por el norte con las montañas presididas por Peñacorada que, con su constante luz azul, constituye una referencia inigualable.
Vamos a seguir modernizando nuestras casas, nuestras calles y nuestro entorno y dejémonos de absurdos lamentos. Tenemos una zona envidiable a la que sólo le falta que la Diputación de León, que ya nos dedica muchas atenciones, destine la financiación necesaria para continuar la modificación de la carretera Gradefes-Sorriba, (ya comenzada con muy buen aspecto y calidad), que nos es de absoluta necesidad.
Están bien las fotos publicadas de Villacidayo. Se podrían obtener otras con aspectos más lucidos. Gracias a quienens hicieron éstas y a los que, seguro, van a obtener pronto las segundas.
Antonio Yugueros Fernández.
La evolución de estos pueblos es absolutamente previsible. No pueden, en la actualidad, ofrecer recursos a la cantidad de personas que hace 40 años vivía en ellos. Pero esto no significa que debamos pensar, como se oye hasta la saciedad, que estos lugares tienen los días contados, que se mueren, que pronto van a desaparecer. Es faltar claramente a la verdad.
No hay más que darse una vuelta por cualquiera de ellos (Villacidayo, donde nací, puede ser un ejemplo), y ver cómo se han arreglado las viviendas existentes, cómo se han construido con magnífico estilo otras nuevas, se han asfaltado las calles, etc.
Hace pocos años era impensable disponer en estos pueblos de instalaciones de agua corriente, electrificación y alumbrado actualizados y saneamiento público que ahora funcionan perfectamente.
Lo que no se puede pretender es que la población, que en verano y épocas de vacaciones es extraordinaria en términos relativos naturalmente, se mantenga durante todo el año. Esto tampoco sucede en muchos lugares y urbanizaciones de las costas que, en invierno, están prácticamente deshabitados y no por ello se dice que vayan a desaparecer.
Nuestra zona es extraordinaria en cuanto al acompañamiento que a los asentamientos urbanos hacen los montes de uno y otro lado del Esla. El entorno excepcional de este río, siempre abundante, que para sí quisieran la mayoría de las grandes ciudades españolas, se cierra por el norte con las montañas presididas por Peñacorada que, con su constante luz azul, constituye una referencia inigualable.
Vamos a seguir modernizando nuestras casas, nuestras calles y nuestro entorno y dejémonos de absurdos lamentos. Tenemos una zona envidiable a la que sólo le falta que la Diputación de León, que ya nos dedica muchas atenciones, destine la financiación necesaria para continuar la modificación de la carretera Gradefes-Sorriba, (ya comenzada con muy buen aspecto y calidad), que nos es de absoluta necesidad.
Están bien las fotos publicadas de Villacidayo. Se podrían obtener otras con aspectos más lucidos. Gracias a quienens hicieron éstas y a los que, seguro, van a obtener pronto las segundas.
Antonio Yugueros Fernández.