Seguramente estaban muy perjudicados. Pero la
fiesta seguía unos cuantos días más, hasta que se acabara la
comida que les habían dado.
No sé cómo pueden aguantar tanto. Poco dormir, pasar frío, beber..., pero mucha diversión.
Chicos de la
montaña, fuertes como los robles que poblan nuestros
montes.
¡EH!, que las chicas no nos quedamos atrás. También somos duras y cañeras, bueno, éramos. y las de ahora también. Hemos dejado buena herencia.