Este fin de semana estuve en el
pueblo y he vuelto con el ánimo triste, el bullicio de niños y mayores por la
calle ya había desaparecido, muchas
casas ya estaban otra vez cerradas, me pudo la melancolía, y luego pensé que todavía no había acabado el
verano, nos queda
San Cipriano! Espero que nos veamos allí y que pasemos unos días muy muy alegres.