Y también se ve el reguero, la presa de toda la vida. Cuántas veces nos mojamos al intentar cruzarla y no llegar nuestras cortas piernas.... Y los barquitos, trozos de madera, que hacíamos competir por ella, y cuando se helaba? los más valientes resbalaban por ella, qué recuerdos!. Gracias turista, ya añoraba tus fotos. Un saludo