Escucho decir que cuando pase “todo esto”
volveremos a la ansiada “normalidad”
que cuando acabe esta “pesadilla”
volveremos a una “nueva normalidad”
pero volver de dónde y hacia dónde
tan solo han partido aquellas y aquellos
a los que se les arrebató la vida
en esa aislada soledad
distantes de familiares y amigos
y ninguno de ellos o de ellas
volverá a normalidad alguna.
La vida no se ha marchado
en ningún momento
para todos los que aquí permanecemos
aislados o confinados por fases
vivimos la primavera desde balcones y ventanas
y escuchamos quizá por primera vez sus sonidos
y observamos quizá sorprendidos el azul de sus cielos
el miedo, la soledad y la desesperación
anidan en nuestra mente
para atormentarnos y sacar lo peor de cada uno de nosotros
la esperanza, la empatía y la paciencia
florece en nuestros corazones para
sonreírnos y sacar lo mejor de cada uno de nosotros.
Ahora si tienes tiempo o no tienes compromiso
y sin necesidad de salir de “tu casa”
puedes preguntarte si tienes que volver
de algún lugar al que quizá
y solo quizá nunca debiste partir.
¿Qué dejaste de ti allá atrás
que no te permite seguir soñando?
¿Qué dejaste de ti allá atrás
que te tiene prisionero de tus decisiones?
¿Qué dejaste de ti allá atrás
que te impide caminar en libertad?
La vida sigue latiendo al mismo ritmo de siempre
las horas siguen teniendo sesenta minutos
y cada minuto sigue teniendo sesenta segundos
cada semana tiene siete días
y cada día sigue teniendo veinticuatro horas;
no vivimos ningún espejismo
no se ha detenido nuestra vida
sencillamente seguimos viviendo
cada día un nuevo amanecer.
Y por todo ello abramos de par en par nuestra mirada
y vivamos lo que ahora está sucediendo
pues sucederá sin pedirnos permiso
sucederá sin consultarnos a ninguno de nosotros
sucederá nos venga bien o mal en este momento
sucederá tan solo…, porque la vida no espera.
Me prometo vivir la felicidad del momento
y volver a hablarme como en otro tiempo me hablaba
y volver a escucharme como en otro tiempo me escuchaba
y mañana procuraré vivir el mañana cuando llegue
pues no pienso desperdiciar un solo instante de este hoy.
José Manuel Contreras
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