Golpejar se sitúa en ladera sobre un espolón de barrancos, una vez superada la línea de prados que lo acercan a
Villamanín y al Bernesga.
La realidad de este
pueblo, genuinamente labrador y ganadero, viene certificada por otra serie de topónimos, que así lo indican: ´La Campa Grande´, ´Los
Corrales´, o ´La Campa Cerrá´. Otros topónimos dan fe de sus industrias comunales, como ´El
Molino´, ´El Calero´, ´La
Mina´ o ´La Fabricona´...
Estos dos últimos vienen a demostrar la enorme ayuda de la toponimia para entender el pasado de los
pueblos: Así ´La Fabricona´ fue el nombre popular que se dio al conjunto de edificaciones donde se seleccionaba y trataba el mineral de cobre y cobalto procedente de la Mina Profunda, de Cármenes, que en su explotación moderna, del siglo XX, llegaba a Golpejar a través de una línea de baldes. Estos
edificios fueron bombardeados por la ´Legión Cóndor´, de guarnición en la
Virgen del
Camino, unos días antes que Guernica. Parece ser que se consideraba esta industria minera como estratégica y de vital importancia para la República. Los edificios no volvieron a recuperarse, y sus paredes aún se alzan, como muñones, en una descarnada denuncia de la autodestrucción humana.