Gracias Rogelio, eres un pintor extraordinario. Me encanta tu forma de expresarte, tan real y tan viva que puedo imaginar donde te encuentras. Mientras leo tu relato, hago lo mismo yo paseado por San Justo de los Oteros, o cuando cruzaba Gusendos y San Pedro y Santa María y veía con tristeza aquellas tapias caídas y tejados hundidos, y como en un sueño regresaban sus antiguos habitantes y llenaban de vida esos lugares que como dices las madres lograban hacer de unos habitáculos gélidos, cálidos refugios, ... (ver texto completo)