Carta a Rogelio y sigo
Te contaré que la gente que vi toda parecía vivir muy bien, eso si los vicios antiguos son como el vino van mejorando con los años pero creo que son cosa congénita y los arrastraremos por muchas generaciones porque de los como yo emigrados en pocos detecté una visión diferente de las cosas importantes que hemos de vivir y de los que allí habitan siempre pues lo mismo pero más; el verso dice esconde su presa y llora la que el vecino alcanza. No se si es tanto pero no encontré claros signos de alegría en ninguno de los que me contaban triunfos ajenos, que los hay y buenos o quizá no observé bien.
Uno de los días en que estuve en el pueblo intenté conectarme a Internet y me fui a la puerta del ayuntamiento esperando poder conectar con el wifi rural pero estaba cifrado y no lo conseguí, después me dieron la contraseña y pensé ahora es la mía colgaré alguna foto pero imposible, ese día no había conexión. Después me enteré que como eran días de fiesta pues alguien con muy buenas intenciones y por no se sabe que regla pues decidió que para que no hiciera feo ver gente a la puerta con ordenadores pues desconectaron la línea y así todos contentos, lo que es en mi opinión una manera excelente de administrar los bienes de todos; por cierto el alcalde no fue pues palabras textuales de el (yo de eso no tengo ni idea) no se como funciona. ¿Conectará esto con el párrafo anterior?
Había muchas casas abiertas en esos días pero las puertas estaban cerradas, la gente no sale a la calle como antaño, por la noche una de excelente temperatura me pasee por el pueblo buscando una solanada y solamente en la plaza había algún ruido y varios corrillos en el resto solamente en el caño estaba un grupito a la puerta de Toya y vi con mucho desagrado como se cerraban persianas porque molestaba el sonido de una amena charla de vecinos en la calle a poco más de la media noche un mes de Agosto víspera de la fiesta y me acordaba cómo de niños corríamos por esas calles hasta muy tarde y entonces la gente si madrugaba, había quien se levantaba a las dos las tres o como tarde las cinco para ir al campo a trabajar y nadie se molestaba con lo que parece que la tolerancia es cada día un poco mas rara.
En la iglesia pude disfrutar de magníficas visiones de lo que es, era y será el orgullo patrio y el deporte nacional pero en esto no me meteré pues cosas que a mi me producen risa o a veces indignación considero que para otros sea sagrada horma de tradición o incluso cuestión religiosa, por tanto intocable.
De la juventud, no te contaré gran cosa pues conocí a muy pocos y de ellos casi todos hijos de padres como yo emigrados en su día, pero por sus caras y los comentarios que llegué a entender me pareció que faltaba madera aunque algún buen árbol también vi; ojalá acierte en los buenos y me equivoque en los otros pero me parecieron carne de cañón preparados para la sopa de convento del futuro.
Que te diré de las eras: estaban vacías. Ni un mal reflejo de la vida de antaño en ellas hoy no se utilizan pero la casualidad quiso que esa foto llegara a mis manos y me trajo recuerdos muy buenos. La colgué con ánimo de que los hijos nuestros y siguientes que no han conocido ni lo harán esos momentos sepan al menos el significado de la palabra trilla o trillar, y vean como sus abuelos sacaban el pan y el sudor que requería hacerlo. Esa mujer, Toya, muy posiblemente ese día como los demás estuviera en pie y trabajando desde las cuatro de la mañana y le darían las once para irse a la cama y aun con cosas para hacer pues no se pudieron hacer todas y como ella todas hombres pero sobre todo mujeres de nuestro pueblo y así generaciones y generaciones; eso si que era ganarse el pan con el sudor de su frente.
Bueno otra vez me alargo mucho así que termino ah y no me ha insultado nadie todavía, serán gandules que ni para eso se esfuerzan siempre esperando que les den que les hagan anda que si les costara una peseta………….
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