El novio acompaña a su novia a su
casa, después de una salida por todas las discotecas de la ciudad, vamos, de copeo toda la
noche.
Cuando llegan a la entrada de la casa, él, adoptando una posición ganadora apoya una mano en la pared y le dice:
- Mi amor, ¿por qué no me das un beso?
- ¿Qué? ¿Estás loco?!
- Ya pues, rapidito, no pasa nada.
- No: puede aparecer alguien de mi
familia o algún vecino y reconocerme y en tremendo lío que nos metemos. Mejor quédate quieto.
- Pero es un ratito nada
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