Me sorprendí al ver como a pesar del viento y
lluvia, la rosa roja soportaba el gran castigo, sin ceder ni un ápice, en muchos momentos pensé verla caer, mas sin embargo, volvia a enderezar su ya doblado tallo, al pasar el temporal y ver como el sol salia de entre las nubes, note con asombro, como la rosa roja estaba aún en su lugar, con su tallo erguido hacia el
cielo, mostrando con orgullo sus bellos petalos rojos, en
señal de su victoria ante las fuerzas de la misma
naturaleza, a la cual pertenece
Buenas
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