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Según la tradición Melchor, rey de los persas sería el noble anciano de barba blanca que le llevó a Jesús entre otras cosas: púrpura, muselina, piezas de lino y oro. Gaspar, sería el rey de los indios, un joven barbilampiño que le llevó al Niño: preciadas especias, nardo, canela, cinamomo e incienso. Baltasar, rey de los árabes, de rostro oscuro le llevó: oro, plata, piedras preciosas, perlas y mirra.
Tradicional mente se simplifica diciendo que Melchor le llevó oro, símbolo de la riqueza y el poder, reconociendo que había nacido el Rey más grande. Gaspar le regaló incienso, símbolo de adoración al Dios verdadero. Y Baltasar le hizo al Niño la ofrenda de la mirra que simbolizaba el dolor, reconociendo la capacidad humana del Dios hecho Hombre.
Todavía en el siglo XV no estaba muy claro como habían sido físicamente los tres “Reyes Magos”, principalmente porque en ningún texto se les describía físicamente. Según cuentan, parecer ser que fue el pintor flamenco Petrus Christus (Baerle, 1420-Brujas, 1473) quien en un cuadro fijó la descripción más aceptada, y que fue totalmente diferente a todas las anteriores. Así el rey Melchor debía ser un hombre mayor, de unos sesenta años; Gaspar era en cambio era un poco más joven, de unos cuarenta; y Baltasar el más joven de los tres, de unos veinte.
El rey Baltasar si que sufrió cambios en su aspecto físico, ya que hasta el siglo XV había sido descrito y representado como un hombre blanco. Según parece a partir de este siglo, la Iglesia, por necesidades estratégicas en la difusión y defensa de la fe dictaminó que fuera representado como de raza negra. El ejemplo más famoso de este hecho fue el cuadro pintando por el pintor flamenco Van der Weyden (Tournai, 1399-Bruselas, 1464) “La adoración de los reyes magos”.
Tradicional mente se simplifica diciendo que Melchor le llevó oro, símbolo de la riqueza y el poder, reconociendo que había nacido el Rey más grande. Gaspar le regaló incienso, símbolo de adoración al Dios verdadero. Y Baltasar le hizo al Niño la ofrenda de la mirra que simbolizaba el dolor, reconociendo la capacidad humana del Dios hecho Hombre.
Todavía en el siglo XV no estaba muy claro como habían sido físicamente los tres “Reyes Magos”, principalmente porque en ningún texto se les describía físicamente. Según cuentan, parecer ser que fue el pintor flamenco Petrus Christus (Baerle, 1420-Brujas, 1473) quien en un cuadro fijó la descripción más aceptada, y que fue totalmente diferente a todas las anteriores. Así el rey Melchor debía ser un hombre mayor, de unos sesenta años; Gaspar era en cambio era un poco más joven, de unos cuarenta; y Baltasar el más joven de los tres, de unos veinte.
El rey Baltasar si que sufrió cambios en su aspecto físico, ya que hasta el siglo XV había sido descrito y representado como un hombre blanco. Según parece a partir de este siglo, la Iglesia, por necesidades estratégicas en la difusión y defensa de la fe dictaminó que fuera representado como de raza negra. El ejemplo más famoso de este hecho fue el cuadro pintando por el pintor flamenco Van der Weyden (Tournai, 1399-Bruselas, 1464) “La adoración de los reyes magos”.