Buenos dias amig@s, en Leon hace frio, pero de momento, esta casi despejado y luce el sol, nos disponemos a terminar noviembre, de la mejor forma posible, ya comienza a oler a navidad y se nota cercana la llegada de un nuevo año, feliz semana para tod@s
Hola Lolo buenas tardes, par mi que has perdido el olfato, que lo que huele es a frio, que nos llega de la tierra.
Un saludo
Un saludo
Hola Jaime, creo que tienes razon, aun faltan unos dias para navidad, pero con la llegada de la nieve, nos vamos ambientando; es cierto que este frio, tiene un olor especial, porque sabemos que viene de nuestras montañas, cubiertas con un manto blanco inmaculado, lo mejor compañero
Al amigo mateodos, para que no me olvide, y a las amigos lacianegas, y algún lacianiego, ya que no entran en el foro de Soria -si Mahoma no va a la montaña, la montaña vendrá a Mahoma- como me han caído muy bien les dedico estas líneas, extracto de algo que escribí hace ya un tiempo. (Soria tiene un clima frío y de invierno supimos un rato. Digo supimos porque llevo muchos años fuera de mi tierra.)
El invierno me trae recuerdos, que creía olvidados, de calles heladas, de resbalones y costaladas que producen la risa de los transeúntes, de batallas de bolas de nieve contra los chavales del barrio de San Lorenzo o los de las casas de Gonzalo Ruiz y San Pelegrín; de viejos camiones que suben con dificultad de asmático la cuesta del matadero; de empleados municipales arrojando sal por las calles; de Paquillo Pajero, el Bizco García y su hermano Lorenzo lanzándose temerarios por los resbaladizos de la pendiente del Carmen que, a fuerza de deslizarse, una vez tras otra, la han convertido en un pista de hielo, puro cristal que supone un peligro para los viandantes, mientras las viejas que pasan refunfuñan entre dientes y lanzan maldiciones ininteligibles.
El invierno me trae recuerdos, que creía olvidados, de calles heladas, de resbalones y costaladas que producen la risa de los transeúntes, de batallas de bolas de nieve contra los chavales del barrio de San Lorenzo o los de las casas de Gonzalo Ruiz y San Pelegrín; de viejos camiones que suben con dificultad de asmático la cuesta del matadero; de empleados municipales arrojando sal por las calles; de Paquillo Pajero, el Bizco García y su hermano Lorenzo lanzándose temerarios por los resbaladizos de la pendiente del Carmen que, a fuerza de deslizarse, una vez tras otra, la han convertido en un pista de hielo, puro cristal que supone un peligro para los viandantes, mientras las viejas que pasan refunfuñan entre dientes y lanzan maldiciones ininteligibles.