Buenas tardes,
argentina. Tu fina intuición te ha hecho acertar una vez más. Pues sí, he "volado" a mi tierra en un visto y no visto -no he estado allí más de 40 horas- y aunque para ello me haya tenido que meter en el cuerpo más de 1.500 kilómetros. Y es que a mí con
Soria me ocurre como a Ulises con las sirenas, que me atrae su llamada y si no me atan al palo mayor... pero Soria no tiene ningún conjuro maligno sino todo lo contrario. Es una tierra que no se puede explicar, hay que vivirla.
Un
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