A petición de mi amigo Luis voy a contar las formas que teníamos para colarnos al cine en mi niñez, las artimañas que discurriamos; esta es de verdaderos falsificadores, los lunes cuando barrian nosotros Jesús y yo recogíamos las entradas más nuevas, el portero rompía por la punta “tarde entrada”, nosotros recogíamos esos trozos y con una cuchilla de afeitar haciamos un corte recto y limpio y lo pegabamos con el famoso “pegamento y medio” a las entradas quedaban perfectas las llevábamos en un bloc pequeño para que estuviesen bien planchadas mirabamos el color que era ese domingo y como teníamos de todos los colores, pero siempre procurabamos entrart cuando el potero que era Desiderio y su hija más aglomeración había por si acaso seis pesetas que valía ni por ensueño podiamos pagarlo, otra forma para los más valientes y algo más mayores era saltar por detrás de tabla a tabla pero era peligroso por la altura y separación de las maderas, quedaban con alguno que estaba dentro, le habrían las ventanas de los wateres y por allí entraban; otra forma era jirar entre tres o cuatro entradas una al reves y después pasarla por debajo de la puerta pero eso no acababa aí tenias que entrar cuando había empezado para no ocupar una butaca que pudiera estar ocupada sino el portero que eran los de Segis te echaban a la calle. También en aquella época tenías que robar carbón y los troncos que sobraban de los mamposteadotes que tiraban en las escombreras pero el guarda no te dejaba coger “tantas historías que los que no sois de aquella época no lo habeis conocido un saludo a todo el pueblo