VILLASECA DE LACIANA: A los amigos...

A los amigos

Un amigo es de esos seres
que comparten pena y goce;
es aquel que nos conoce
y sin embargo nos quiere.
Soslayando pareceres,
máximas y frases hechas,
y más allá de las fechas
que nos marca el calendario,
amigo es un dignatario
libre de toda sospecha.

Hay en torno a la amistad
dichos, refranes, sentencias,
moralejas, advertencias
de toda suerte y verdad,
y en esa polaridad
de pensamientos diversos,
estamos todos inmersos
cubriendo el espectrograma…
ya que, en su compleja gama,
entra de todo, hasta el verso.

Tal vez Enrique Febbraro,
un día de luna llena,
decidió orientar su antena
hacia el misterioso faro
buscando acaso un amparo
lejos de lo terrenal,
-cuando la gesta orbital
era cercana y vigente-
y propuso “julio veinte”
cual cordón umbilical.

Yo no veo razón alguna,
distinguidos contertulios,
de que sea el veinte de julio
la fecha más oportuna.
Si el hombre llegó a la luna
generando gran tumulto,
yo, esquivándole al insulto,
no celebro su ponencia;
fue un alarde de la ciencia
y la amistad, es un culto!

Es insondable el camino
por el que el hombre transita;
por esa huella infinita
anda en pos de su destino.
Es nómade, es peregrino,
por su génesis y esencia.
Peleando su permanencia
se torna beligerante
y considera importante
lograr cierta trascendencia.

En su búsqueda imprecisa,
persigue siempre un ideal;
distinguir el bien del mal
debiera ser su premisa.
Sometido por la prisa,
su existencia está acotada;
si al final de la jornada
sólo acumuló fortuna,
haber llegado a la luna
no le sirvió para nada.

Encontró acaso un amigo
en aquel desierto yermo?
Encontró un mate y un termo,
encontró afecto y abrigo?
Tanto viaje, pucha digo,
sin estrechar una mano.
Para cortar por lo sano,
me parece un desatino
que no salude al vecino
y ande buscando un marciano!..

Un abrazo fraternal
y augurios de buena onda,
sirvan de cierre a la ronda
en este día especial.
Aquí lo fundamental
es abrevar en la fuente
de un sentimiento latente
que, superando la fecha,
dispara como una flecha
su espíritu trascendente.

MARIO ROJMAN