Queridísima madre: ya han transcurrido ocho días desde el día de tu fallecimiento, y, no podemos encontrar consuelo ni mi hermano Remi ni yo, tu hija Glori, siempre va a existir un antes y un despues de tu triste pérdida, quisiera expresar mi agradecimiento a todo el Valle de Laciana por ser tan amables y condescendientes con nosotros y decir que os tendremos siempre en nuestro pensamiento y añadir que en todo momento nos tendreís para lo que necesiteis. Nuestro pueblo siempre estará en la mente de todas aquellas personas que hemos nacido en él y nos hemos criado entre esas maravillosas montañas, yo, que llevo muchos años fuera no puedo por menos de emocionarme cada vez que os visito y que son muchas veces aunque menos de las que yo desearía, mis gentes, mis raíces, mi cariño incondicional a todos, pero permitidme que hoy todo mi amor sea a mi querida mamá Gloria Beltrán Diez, que ha vivido toda su vida en ese valle al que todos veneramos y también ella. No olvides mamá que siempre estarás en nuestra memoria y también en tantas y tantas personas que te han conocido y querido. Nuestro amor tus hijos Remi y Glor.