Algún carroza puede que si vivió en los cuarteles viejos las recuerden; quiero contar otra de las muchas travesuras de mi niñez, algunos recordarán la frutería de Pacomio, tenía un ojo tuerto quiero recordar, pues bien todos o casi todos cuando subía por la carretera de la iglesia con el carro cargado de frutas y verduras los guajes por detrás le robaban fruta y mi hermano y yo por no ser menos un día nos hacemos los valientes, por detrás nos acercamos al carro y le robamos un plátano cada uno, el domingo en el catecismo D Aurelio sin mediar palabra con un palo por poco nos abre la cabeza y por lo bajo nos dice ya sabéis porque es esto, se ve que tuvimos tan mala pata que una vez que nos atevemos nos pilla el cura un saludo Tino