Alonso justifica las pérdidas y denuncia un complot para hacerlo desaparecer.
Los depósitos al aire libre donde se almacenó (se almacena todavía) parte de la producción de las empresas mineras que no compraron en el 2010 las eléctricas llegaron en febrero del 2011 a un nivel de saturación prácticamente total, lo que sumado a un invierno con lluvias un 25% superiores a lo normal provocó pérdidas en estas pilas de carbón muy superiores al margen del 2% de mermas que acepta la reglamentación del Almacenamiento Estratégico Temporal de Carbón que guarda desde entonces la empresa pública Hunosa. Mermas que en el caso de Uminsa y CMC se calculan cercanas al 10% de la producción almacenada.
En todo caso, según explica el Grupo Alonso, la reposición de estas pérdidas no debe hacerse, según recoge la propia ley, hasta que se concluya el vaciado (desacopio) de estos depósitos, algo que a día de hoy aún no se ha producido. Por último, el grupo ha mostrado en todo momento «su total disposición a reponer a su costa la diferencia entre las mermas reales y las pactadas».
Ante estos argumentos, el empresario minero leonés sólo encuentra justificación al argumento de retrasar las ayudas al funcionamiento del 2012 para todo el sector minero en estas presuntas irregularidades, y la campaña que denuncia esta circunstancia (que el ministro José Manuel Soria ha sugerido reiteradamente, pero se ha negado a confirmar también reiteradamente), en «una estrategia para lograr la desaparición de Uminsa y CMC». Alonso considera «incomprensible» que «algunos se estén apresurando a colaborar en dicha estrategia y se atrevan a dictar sentencia sin conocer los hechos y sin sopesar quién va a pagar las consecuencias».
Reposición
Además, el grupo Alonso señala que Uminsa y CMC tienen capacidad «si se les deja» para producir las 200.000 toneladas que Hunosa denuncia que han desaparecido en el plazo de un mes; por lo que no entiende «que se magnifique el asunto hasta el extremo de pretender utilizarlo como excusa para justificar el retraso en la aprobación de las ayudas del sector, lo que ofende el sentido común y ahonda hasta niveles surrealistas el nivel de demagogia que se viene registrando en España en todo lo que se refiere a la política del carbón».
En un comunicado el Grupo Alonso recuerda que en febrero del 2011 los almacenamientos de Hunosa para CMC, Uminsa y Endesa se saturaron y llegaron a albergar cinco millones de toneladas de carbón.
Una «situación de colapso» en un año hidrológico que según la Agencia Estatal de Meteorología tuvo precipitaciones un 25% superiores a las habituales, lo que multiplicó las pérdidas por escorrentía.
El empresario minero insiste en que «no ha existido incumplimiento alguno de los contratos de referencia», y en que «existen causas más que sobradas para explicar la diferencia entre las mermas pactadas y las reales, que si bien son muy difíciles de determinar con exactitud, podrían alcanzar valores incluso cercanos al 10% según nuestras estimaciones».
Recuerda que las mermas reales están todavía sin aplicar porque no ha concluido el desacopio, y «no puede aventurarse si habrán de ser repuestas, ni en qué grado, hasta la finalización de las entregas».
Los depósitos al aire libre donde se almacenó (se almacena todavía) parte de la producción de las empresas mineras que no compraron en el 2010 las eléctricas llegaron en febrero del 2011 a un nivel de saturación prácticamente total, lo que sumado a un invierno con lluvias un 25% superiores a lo normal provocó pérdidas en estas pilas de carbón muy superiores al margen del 2% de mermas que acepta la reglamentación del Almacenamiento Estratégico Temporal de Carbón que guarda desde entonces la empresa pública Hunosa. Mermas que en el caso de Uminsa y CMC se calculan cercanas al 10% de la producción almacenada.
En todo caso, según explica el Grupo Alonso, la reposición de estas pérdidas no debe hacerse, según recoge la propia ley, hasta que se concluya el vaciado (desacopio) de estos depósitos, algo que a día de hoy aún no se ha producido. Por último, el grupo ha mostrado en todo momento «su total disposición a reponer a su costa la diferencia entre las mermas reales y las pactadas».
Ante estos argumentos, el empresario minero leonés sólo encuentra justificación al argumento de retrasar las ayudas al funcionamiento del 2012 para todo el sector minero en estas presuntas irregularidades, y la campaña que denuncia esta circunstancia (que el ministro José Manuel Soria ha sugerido reiteradamente, pero se ha negado a confirmar también reiteradamente), en «una estrategia para lograr la desaparición de Uminsa y CMC». Alonso considera «incomprensible» que «algunos se estén apresurando a colaborar en dicha estrategia y se atrevan a dictar sentencia sin conocer los hechos y sin sopesar quién va a pagar las consecuencias».
Reposición
Además, el grupo Alonso señala que Uminsa y CMC tienen capacidad «si se les deja» para producir las 200.000 toneladas que Hunosa denuncia que han desaparecido en el plazo de un mes; por lo que no entiende «que se magnifique el asunto hasta el extremo de pretender utilizarlo como excusa para justificar el retraso en la aprobación de las ayudas del sector, lo que ofende el sentido común y ahonda hasta niveles surrealistas el nivel de demagogia que se viene registrando en España en todo lo que se refiere a la política del carbón».
En un comunicado el Grupo Alonso recuerda que en febrero del 2011 los almacenamientos de Hunosa para CMC, Uminsa y Endesa se saturaron y llegaron a albergar cinco millones de toneladas de carbón.
Una «situación de colapso» en un año hidrológico que según la Agencia Estatal de Meteorología tuvo precipitaciones un 25% superiores a las habituales, lo que multiplicó las pérdidas por escorrentía.
El empresario minero insiste en que «no ha existido incumplimiento alguno de los contratos de referencia», y en que «existen causas más que sobradas para explicar la diferencia entre las mermas pactadas y las reales, que si bien son muy difíciles de determinar con exactitud, podrían alcanzar valores incluso cercanos al 10% según nuestras estimaciones».
Recuerda que las mermas reales están todavía sin aplicar porque no ha concluido el desacopio, y «no puede aventurarse si habrán de ser repuestas, ni en qué grado, hasta la finalización de las entregas».