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VILLASECA DE LACIANA: Juegos Populares Lacianiegos ...

Juegos Populares Lacianiegos
Otra modalidad es la “tanga”, que puede recibir distintas denominaciones, y que está extendida por toda la geografía española. Se emplean unas fichas metálicas o “tostones”, una pieza de madera o “tanga”, y una chapa o moneda que se coloca en la parte superior de la tanga. Con los tostones, se debe derribar la tanga y quedar más cerca de la chapa o moneda que ésta de la tanga. Para realizar las apuestas, los jugadores sitúan un número igual de monedas cada uno encima de la tanga. El orden de las tiradas se establece por sorteo. Cada jugador lanza tres tostones para tirar la tanga y lograr que las monedas queden lo más próximo posible a los tostones, con lo cual pasan a su posesión. Si no se consigue, de nuevo se levanta la tanga y se vuelven a colocar las monedas, comenzando de nuevo las tiradas. Otra versión se parece a la “rayuela”. Consiste en lanzar monedas o tejos desde un punto determinado a una raya hecha en el suelo a la distancia que los jugadores convengan. El que coloque su tejo sobre la raya o el que más se acerque será el que gane la partida, quedándose, por lo tanto, con todo lo que se ha lanzado.

Hablando de juegos estrictamente infantiles, hemos de referirnos a la “chola”, un juego tradicional que ha sido documentado en Villablino más concretamente. Se trata de una versión, propia de la comarca, del típico e universal “pica”. Es un juego de carreras, en el que un grupo de niños tiene que correr para intentar no ser atrapados por el perseguidor. En el caso de que esto ocurra, el atrapado pasará a “ponerla”, con lo cual él será el encargado de perseguir al resto de participante hasta que logre atrapar a uno de ellos. Es un juego que puede prolongarse durante largas horas debido a su sencillez y a que su planteamiento no supone ningún gran esfuerzo.

El escondite también era practicado por los niños de Laciana, aunque lo denominaban de diferente manera, utilizando el término “escundiliestas”, similar al vocablo que empleaban los niños babianos. En este juego, uno de los niños tenía que contar con los ojos cerrados esperando que el resto de sus compañeros se escondiese. El objetivo, por lo tanto, consiste en descubrir a los escondidos. Durante el transcurso, los escondidos podían gritar intentando despistar al buscador. Una vez que había descubierto a algún compañero, debía correr hasta el exacto lugar donde había realizado la cuenta y tocarlo, para así eliminar a la persona que hubiese encontrado. Por su parte, los que estaban escondidos pueden librarse si llegan hasta ese mismo lugar sin ser descubiertos.