Según algunas hipótesis, es muy probable que su asentamiento humano tuviera lugar durante la repoblación, en el s. X, aprovechando un poblado antiguo en
ruinas y debido a su proximidad con la calzada
romana que atravesó el
pueblo para unir Las Médulas con
Tarragona. Atendiendo a estos datos surge otra hipótesis referente a su toponimia; según ésta el nombre de
Villavante es mozárabe y debe su denominación al repoblador que tomó estos
campos. El significado de "villa" continua siendo el mismo, latino, una simple explotación o granja; el nombre del repoblador bien podría ser Abanto, Banto o Aventi, que con el tiempo dio lugar a Villayuante y Villavante. Esta hipótesis parece ser corroborada por un documento de compraventa fechado en el año 1.442, en el que se cita el nombre de "Villabantez".
Desde la Edad Media pasa por el pueblo el
Camino Francés, aprovechando la calzada antes ciada, que se desvía del de Santiago en La
Virgen del Camino para unirse al mismo en el Paso Honroso.
En esta época, con la repoblación, surgen numerosos centros monásticos. En Villavante, según algunos documentos históricos y testimonios que nos han sido transmitidos, existieron dos
monasterios o
conventos; el uno situado en término de
la Milla del Páramo y el otro en término de S. Martín del Camino, cercano a la Presa Cerrajera y la Nacional 120 (
León- Astorga). Respecto a éste último, la toponimia de Villavante, tan rica por su herencia, denomina a este lugar "Las Encerradas", debido seguramente a la existencia de un
convento de clausura, como apuntábamos. También hemos de apuntar la existencia de una
ermita, ubicada en el
campo, cuya advocación era de La
Cruz, según hayamos en un testamento del año 1.616.
En el s. XIII, según
fuentes históricas, llegó a Villavante un pequeño caudal de
agua, muy útil para el riego, aprovechando las vertientes del agua sobrante de la Presa "Zarraguera" de Sta. Marina del Rey, lo que le costó a todos los
pueblos de Sta. marina para abajo varios pleitos con ésta. Respecto al origen de la Presa Cerrajera existe una leyenda amorosa, de origen moro, que acecha la construcción de ésta a la
historia ente Aliatar, hijo del alamín de la Ribera, y Zaida, hijo del alamín del Páramo.
A finales del s. XIX (sobre 1.866) Villavante sufre un cambio en la economía de sus cultivos debido a la línea de ferrocarril que atraviesa al pueblo para unir
La Coruña con Plasencia. Este hecho fue de gran relevancia ya que permitiría, años más tarde, el transporte de cargas de remolacha hacia la azucarera de
Veguellina de Órbigo. Fue en 1.981 cuando el
tren paró por primera vez en Villavante para recoger viajeros.