Afortunadamente aún quedan aviones y golondrinas (cada vez menos, es cierto). En cambio ya casi no recordamos las bandadas de vencejos girando a gran velocidad bajo el
alero de la
iglesia... Han sido sólo víctimas de los insecticidas y herbicidas como los jilgueros (o "siete
colores"), las jauleras, las corresenderas, las alondras, las curujas, las carboneras, las chirleras, las sanantonas, los cascases, los aguiluchos y un largo etc. Pudiéramos decir que solo se han salvado los pardales (gorriones) y los tordos (estorninos) - ¡justo los más dañinos!-