Y el silencio:
Y el lenguaje, siempre vivo de sus
aguas.
Y los
árboles:
Y los pájaros anidando en sus ramas.
Y aquella tarde...
y luego la
noche
que la Luna nos miraba.
Y el
río que reía
y besaba los juncales.
Y tu que te callabas
mucho rato, entre mis brazos
acostada.
J. M (LIBERTAD)