Existen diversas variedades de grosellas, la blanca, la negra y la roja. Sin duda, su característica fundamental es el alto contenido en vitamina C del que disponen, similar al de la naranja o el kiwi. La grosella roja sólo tiene una cuarta parte de la vitamina C que la grosella negra. Es antioxidante, protege contra el cáncer, la gota y la anemia, además de disponer de un ácido que neutraliza los efectos negativos del humo del tabaco
Buenos dias Charo ricas frutas, las fresas semi silvestres me encantan su sabor es especial, la grosella poca he comido y en mi trabajo la ponen de adorno y no sabe a nada es de invernadero
Te deseo un feliz dia
Un besooooooooooooooooooo
Detente Primavera, no me dejes...
quiero sentirme vivo...,
ser parte del milagro
de la verde hoja
de la flor que marchita,
del perfume a azahar
del momento romántico...,
en el dulce beso de amor...
en Primavera volver a sentir
acelerada respiración... y
loca canción...
en primavera vuelvo a ser..
a vivir... tal vez soñar...
Marcelo Romano
Te deseo un feliz dia
Un besooooooooooooooooooo
Detente Primavera, no me dejes...
quiero sentirme vivo...,
ser parte del milagro
de la verde hoja
de la flor que marchita,
del perfume a azahar
del momento romántico...,
en el dulce beso de amor...
en Primavera volver a sentir
acelerada respiración... y
loca canción...
en primavera vuelvo a ser..
a vivir... tal vez soñar...
Marcelo Romano
CHARO, VICTORIA, LIBERTAD, os dejo estas letrillas. Os digo, como siempre, que muchas palabras pueden ser autóctonas y no sepáis su significado. Saludos a todos.
Guarda unas pocas de ese plato para probarlas.
ZAGAL DE CAMPO
Era un hombre diminuto
Que empezaba a caminar
Era un niño pequeñito
Que tenía que trabajar
En su casa le esperaban
Su Papa y su Mama
Y una ristre, de hermanitos
Que les faltaba hasta el pan
Con su vara y su mochila
Iba al campo a trabajar
A guardar algunos cerdos
Por un pedazo de pan
Como era un niño, era un juego
Aquello de trabajar
Más de una vez se olvidaba
Lo que debía de guardar
La bronca de los señores
Siempre a la orden del día
Las travesuras del niño
Les servían de porfía
Un día en un huerto robaba
Unas peras ó melones
Siempre pagaba por ellas
Unos buenos coscorrones
Para el cercao de su Padre
Cagajones recogía
Buen abono para siembra
De tomates y sandias
Con unas trampas de alambre
Que ponía a los pajaritos
Llevaba un poco de carne
Para aquellos hermanitos
Los nidos de las perdices
Cerca de las sementeras
Les proporcionaban huevos
Que a la mochila se lleva
Los caminos embarraos
En los inviernos oscuros
Paseaba con destreza
Aunque iba medio desnudo
Las trochas de las solanas
Cuando apretaba el calor
Las subía y las bajaba
Igual que un rayo de sol
De adelfas hacía pistoletes
Que no matan ni una mosca
Y de varetas de olivos
Canastos para la ropa
Era el trabajo que había
Si querías sobrevivir
Guardar cochinos y ovejas
Y ordeñar en el toril
Apañar higos en verano
Aceitunas en invierno
Arrancar jaras y salguazos
Y labrar con burros buenos
La comida del diario
Tocino, quesiña y pan
Algún chorizo o morilla
Y la olla para cenar
A pesar de todo ello
Siempre tenía este zagal
Una sonrisa en los labios
Que sabía regalar.
A. E. I.
Guarda unas pocas de ese plato para probarlas.
ZAGAL DE CAMPO
Era un hombre diminuto
Que empezaba a caminar
Era un niño pequeñito
Que tenía que trabajar
En su casa le esperaban
Su Papa y su Mama
Y una ristre, de hermanitos
Que les faltaba hasta el pan
Con su vara y su mochila
Iba al campo a trabajar
A guardar algunos cerdos
Por un pedazo de pan
Como era un niño, era un juego
Aquello de trabajar
Más de una vez se olvidaba
Lo que debía de guardar
La bronca de los señores
Siempre a la orden del día
Las travesuras del niño
Les servían de porfía
Un día en un huerto robaba
Unas peras ó melones
Siempre pagaba por ellas
Unos buenos coscorrones
Para el cercao de su Padre
Cagajones recogía
Buen abono para siembra
De tomates y sandias
Con unas trampas de alambre
Que ponía a los pajaritos
Llevaba un poco de carne
Para aquellos hermanitos
Los nidos de las perdices
Cerca de las sementeras
Les proporcionaban huevos
Que a la mochila se lleva
Los caminos embarraos
En los inviernos oscuros
Paseaba con destreza
Aunque iba medio desnudo
Las trochas de las solanas
Cuando apretaba el calor
Las subía y las bajaba
Igual que un rayo de sol
De adelfas hacía pistoletes
Que no matan ni una mosca
Y de varetas de olivos
Canastos para la ropa
Era el trabajo que había
Si querías sobrevivir
Guardar cochinos y ovejas
Y ordeñar en el toril
Apañar higos en verano
Aceitunas en invierno
Arrancar jaras y salguazos
Y labrar con burros buenos
La comida del diario
Tocino, quesiña y pan
Algún chorizo o morilla
Y la olla para cenar
A pesar de todo ello
Siempre tenía este zagal
Una sonrisa en los labios
Que sabía regalar.
A. E. I.