Mis recuerdos infantiles y de primera juventud estan llenos no sólo de personas y vivencias, tambien de sabores y de olores, de sensaciones y ruidos irrepetibles. Eran formas de vida y edad en las que se desarrollaban al máximo los sentidos. Recuerdos grabados a fuego que me acompañan todos los dias de mi vida: El olor de las horneras, la leche que acaba de ser ordeñada, aquella habitación llena de manzanas, el pan recien cortado... ¿Y la harina al salir de entre las piedras del molino, del grano en el escriño, del humo de la leña, y hasta del polvo del camino?... Vivencias únicas, irrepetibles en éste "mi" Aguilar que hoy es una pequeña ciudad.