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AGUILAR DE CAMPOO: Y, como algo sublime, bucólico, recuerdo aquellos atardeceres...

Y, como algo sublime, bucólico, recuerdo aquellos atardeceres del final del verano, cuando, al anochecer se oia el creciente rumor del rebaño de ovejas que tornaba a sus rediles, hasta concretamente, al atravesar el puente, en un mar de cabezas envuelto en gran polvareda, de donde surgia el sonido de esquilas y balidos.
Nada que ver con esta preciosa foto invernal de un rio "domesticado" a su paso por la villa. Seguro que ya no habrá ovejas.