Bajo el tañido de estas campanas, y con estos villancicos de Lope de Vega, te deseo FELIZ NOCHE BUENA, extensible a todos los visitantes y amigos del foro aguilarense. Buenas noches para todos y que descanséis.
Nace el alba clara,
la noche pisa,
del cielo la risa
su paz declara;
el tiempo se para
por sólo vella,
desterrando la noche
de nuestras penas.
Para ser señora
del cielo, levanta
esta niña santa
su luz aurora;
él canta, ella llora
divinas perlas,
desterrando la noche
de nuestras penas.
Aquella luz pura
del Sol procede,
porque cuanto puede
le da hermosura;
el alba segura
que viene cerca,
desterrando la noche
de nuestras penas.
Las pajas del pesebre,
niño de Belén,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
Lloráis entre las pajas
de frío que tenéis,
hermoso niño mío,
y de calor también.
Dormid, cordero santo,
mi vida, no lloréis,
que si os escucha el lobo,
vendrá por vos, mi bien.
Dormid entre las pajas,
que aunque frías las veis,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
Las que para abrigaros
tan blandas hoy se ven
serán mañana espinas
en corona cruel.
Mas no quiero deciros,
aunque vos lo sabéis,
palabras de pesar
en días de placer.
Que aunque tan grandes deudas
en paja cobréis,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
Dejad el tierno llanto,
divino Emanüel,
que perlas entre pajas
se pierden sin por qué.
No piense vuestra madre
que ya Jerusalén
previene sus dolores,
y llore con Joseph.
Que aunque pajas no sean
corona para Rey,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
De una Virgen hermosa
celos tiene el sol,
porque vio en sus brazos
otro sol mayor.
Cuando del Oriente
salió el sol dorado,
y otro sol helado
miró tan ardiente,
quitó de la frente
la corona bella,
y a los pies de la estrella
su lumbre adoró,
porque vio en sus brazos
otro sol mayor.
«Hermosa María,
dice el sol vencido,
de vos ha nacido
el sol que podía
dar al mundo el día
que ha deseado».
Esto dijo humillado
a María el sol,
porque vio en sus brazos
otro sol mayor.
Nace el alba clara,
la noche pisa,
del cielo la risa
su paz declara;
el tiempo se para
por sólo vella,
desterrando la noche
de nuestras penas.
Para ser señora
del cielo, levanta
esta niña santa
su luz aurora;
él canta, ella llora
divinas perlas,
desterrando la noche
de nuestras penas.
Aquella luz pura
del Sol procede,
porque cuanto puede
le da hermosura;
el alba segura
que viene cerca,
desterrando la noche
de nuestras penas.
Las pajas del pesebre,
niño de Belén,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
Lloráis entre las pajas
de frío que tenéis,
hermoso niño mío,
y de calor también.
Dormid, cordero santo,
mi vida, no lloréis,
que si os escucha el lobo,
vendrá por vos, mi bien.
Dormid entre las pajas,
que aunque frías las veis,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
Las que para abrigaros
tan blandas hoy se ven
serán mañana espinas
en corona cruel.
Mas no quiero deciros,
aunque vos lo sabéis,
palabras de pesar
en días de placer.
Que aunque tan grandes deudas
en paja cobréis,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
Dejad el tierno llanto,
divino Emanüel,
que perlas entre pajas
se pierden sin por qué.
No piense vuestra madre
que ya Jerusalén
previene sus dolores,
y llore con Joseph.
Que aunque pajas no sean
corona para Rey,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
De una Virgen hermosa
celos tiene el sol,
porque vio en sus brazos
otro sol mayor.
Cuando del Oriente
salió el sol dorado,
y otro sol helado
miró tan ardiente,
quitó de la frente
la corona bella,
y a los pies de la estrella
su lumbre adoró,
porque vio en sus brazos
otro sol mayor.
«Hermosa María,
dice el sol vencido,
de vos ha nacido
el sol que podía
dar al mundo el día
que ha deseado».
Esto dijo humillado
a María el sol,
porque vio en sus brazos
otro sol mayor.