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AGUILAR DE CAMPOO: CICLISMO...

CICLISMO
38 años preservando la memoria de Alberto Fernández.

15.08.11 - 01:00 -
D. A. V | VALLADOLID.

En Aguilar de Campoo la figura de Alberto Fernández está muy presente gracias al club ciclista que lleva su nombre. Fundado por Moisés Herrán Navas en 1972, coincidiendo con los primeros éxitos del galletero como juvenil en el Volvo del vallisoletano Moncho Moliner, uno de esos hombres dedicados a descubrir jóvenes talentos, el club fue creciendo de la mano de las victorias de Fernández. Hoy en día, 27 años después de la muerte del corredor, la agrupación cuenta con 8 canteranos y 32 cicloturistas. En el club recuerdan la figura del Galleta como un ciclista que se ganó el cariño de la gente gracias a su forma de ser: «Él tenía respeto a todo el mundo. Iba a ganar pero, si cualquier compañero tenía un problema, siempre estaba a su lado». En Palencia no olvidan la ambición del corredor, que le llevaba en alguna ocasión a cometer acciones que desesperaban a sus directores: «Mínguez le echó una bronca por ser un burro. Se tiraba veintitantos kilómetros él solo, entre los fugados y el pelotón. Esa era su ambición, pero cuando llegaba a su terreno, la montaña, no consentía que nadie le pisara. Eso sí, cuando tenía que echar una mano a un compañero, no tenía problemas. Dentro del mundo del ciclismo ya era un campeón», aseguran en la agrupación ciclista dedicada en su nombre.
El homenaje que se iba a celebrar en Aguilar en honor del deportista nunca se llegó a producir, aunque recuerdan desde el pueblo palentino que a su entierro acudieron decenas de personas hasta el punto de asegurar que «aquello fue algo que nunca más se ha vivido, nunca hubo una multitud tan enorme como en el día de su entierro. Desde que empezó a correr, con 17 años, se le empezó a llamar el Galleta, su vinculación con este pueblo fue enorme».
Con casi 30 años, la carrera del ciclista se cortó de forma trágica, y privó a Fernández de haber podido conseguir la Vuelta a España que tan cerca estuvo de lograr: «Creo que Alberto estaba en lo más alto, pero ya había llegado a un límite. Podía haber hecho algún podio, haber ganado alguna gran ronda como el Giro o la Vuelta, pero no habría sido un ciclista muy longevo», sentencian desde la localidad que le vio crecer.