A veces es mejor recular y no intentar avanzar porque, si insistes y te pones pesado en avanzar y avanzar, al final lo haces con tanto impulso que te puedes estrellar contra un muro. Te cuento; de chiguito jugando con otros chiguitos, yo hacia de toro con un colmillo grande de cerdo que hacia de cuerno -era época de matanzas- una de las veces quise embestir con tanto ímpetu que me estrellé contra una columna de ladrillo, me hice una brecha de tres pares de... D. Rafael del Val (médico) me hizo el ... (ver texto completo)
Se me había olvidado; ahora recuerdo que yo también, bueno en mi casa, untábamos la yema con patatas fritas. Me has dado una idea.