El
canal de Castilla es una de las obras de ingeniería hidráulica más importantes de las realizadas entre mediados del siglo XVIII y el primer tercio del XIX en
España. Recorre parte de las provincias de
Burgos,
Palencia y
Valladolid en la comunidad autónoma de
Castilla y León (España) y fue construido para facilitar el transporte del trigo de Castilla hacia los
puertos del norte y de allí a otros
mercados. Sin embargo, ante la llegada del ferrocarril, quedó obsoleto.
Originalmente concebido como una red de cuatro
canales que unirían
Segovia con Reinosa, debido a sus enormes dificultades técnicas e ingentes recursos, solo se llegaron a construir tres ramales (Norte, Sur y de
Campos). Con una anchura que varía entre 11 y 22 metros, el canal discurre a lo largo de 207 kilómetros, atravesando 38 términos municipales, y uniendo las localidades de
Alar del Rey (Palencia), donde tiene su nacimiento, con las de Valladolid y de Medina de Rioseco, situadas respectivamente al final de los ramales Sur y de Campos (el Canal tiene forma de Y invertida). Tiene un desnivel total de 150 metros.
La provincia de Palencia es la que más longitud de canal tiene (ramal Norte). Algunos kilómetros al norte de la capital palentina el canal se divide en dos grandes ramales que se dirigen uno a Medina de Rioseco (ramal de Campos) y otro a Valladolid (ramal Sur).
A su paso por la ciudad de Palencia, a la que se acerca mediante un ramalillo terminado en una dársena para facilitar las tareas de carga y descarga, el Canal de Castilla se sitúa a escasa distancia de dos de sus puntos más emblemáticos: Calahorra de Ribas, donde se cruza con el
río Carrión, del que pasa a tomar las
aguas, y el Serrón, en Grijota, donde el canal se bifurca en los ramales de Campos y del Sur. Precisamente en Calahorra de Ribas se puede leer un
monumental hito erigido para conmemorar la unión de los
ríos Carrión y Pisuerga en agosto de 1791