¡Se hizo un buen trabajo de restauración, si señora!
Saludos
Saludos
Un lavadico de cara siempre viene bien, je, je y éstos cabezudos son la marca de la casa en las fiestas aunque cada vez hay menos tradición. A mi siempre me dieron miedo a la vez que palos porque corría muy poco, je, je. Un saludo Tresces.
la verdad y tengo k reconocer k yo miedo n PANICO y hoy es el dia k les tengo terror k n he corrido yo delante de esos temerarios seres pero k seria de las fiestas sin ellos
Jo que sí ¿De qué año son esos cabezudos Tresces? ¿O los han ido renovando con el paso del tiempo?
Los que teneis cincuenta y algun año os acordais del mexicano, el negro? Uno de ellos los llevaba un chico moreno, alto, que también era monaguillo, un chaval con el que jamás hablé una palabra pero de esas personas que por el motivo que sea te llaman la atención.
Muy buena labor la que estás haciendo Tresces, ampliala con los datos de antiguedad.
Un saludo y a seguir así a todos.
Los que teneis cincuenta y algun año os acordais del mexicano, el negro? Uno de ellos los llevaba un chico moreno, alto, que también era monaguillo, un chaval con el que jamás hablé una palabra pero de esas personas que por el motivo que sea te llaman la atención.
Muy buena labor la que estás haciendo Tresces, ampliala con los datos de antiguedad.
Un saludo y a seguir así a todos.
Los cabezudos, que yo sepa, son los de siempre. No tengo ni idea de cuando los compraron. El cabezudo negro, creo, que todavía se conserva…. ¿el mexicano?... ni idea… pienso que le confundes con ese cabezudo que sale en la foto con un sombrero…. el que está arreglando la chica del chándal.
También, había un pequeño cabezudo, un lobito, que llevaban los niños más pequeños.
Cómo bien dice Rita, el problema actual de los cabezudos es que nadie les quiere llevar y pasear por las calles… porqué pesan mucho?... porqué coges una gran sudada?... porque has trasnochado?... por que se van perdiendo las tradiciones?... ¡Un poco de todo! Es una pena porque después del lavado de cara y arreglo de los trajes, quedaron muy vistosos y sin perder la autenticidad.
Lo dicho, buena labor, la de aquellas personas que sacrificaron su tiempo en restaurarlos.
También, había un pequeño cabezudo, un lobito, que llevaban los niños más pequeños.
Cómo bien dice Rita, el problema actual de los cabezudos es que nadie les quiere llevar y pasear por las calles… porqué pesan mucho?... porqué coges una gran sudada?... porque has trasnochado?... por que se van perdiendo las tradiciones?... ¡Un poco de todo! Es una pena porque después del lavado de cara y arreglo de los trajes, quedaron muy vistosos y sin perder la autenticidad.
Lo dicho, buena labor, la de aquellas personas que sacrificaron su tiempo en restaurarlos.